En las Noches del Doctor se podía entrar a los partidos pagando solo un dólar si se llevaba un botiquín o un estetoscopio. En sus seis últimas temporadas se perdió el 51% de los partidos de su equipo en liga regular, un total de 250 encuentros sin jugar. Fue coronado como rookie del año 1975 y llevó a su equipo hasta las finales. El español de origen congoleño jugó a su mejor nivel en Toronto, donde llegó en febrero de 2017 rebotado de Orlando Magic, y tuvo minutos trascendentales en las segundas Finales de su carrera. Está a una victoria de lograr el segundo del equipo, y si puede resucitar al club desde el final de la tabla hasta los Playoffs de la Copa MLS para finales de octubre, entonces su leyenda solo crecerá. La película de Zion Williamson en la NBA tiene tintes de acabar en un final de pesadilla.
Pero su paulatina caída a los infiernos culminó antes de que el teléfono sonara para salvar una carrera que tuvo un final acelerado, auspiciado por un traspaso en 2012 en contra de su voluntad que le alejó de sus años dorados en los Lakers y culminado por sus hábitos de vida y una mentalidad destrozada por el difícil momento personal que vivía y las drogas que consumía. Así era el baloncesto profesional previo al merger y previo a los dorados años 80. Su primer contrato con New York Nets fue de 350.000 dólares por ocho años. La NBA, mientras los Lakers trataban de colarse por alguna rendija y hacerse con él, lo quería en los Bucks, el equipo que lo había elegido en el draft; y los Hawks se llevaron multas por esos finalmente cuatro amistosos mientras el juez dictaminaba que su contrato válido seguía siendo con los Squires, en Virginia, a pesar de que había descubierto que su agente trabajaba para la franquicia y le ofrecía contratos por debajo de su valor de mercado. Tras eso, apenas un paso efímero con el Baskonia y un contrato con unos Knicks con los que jamás debutó fueron sus únicas incursiones con el baloncesto.
Patrick Ewing (New York Knicks): Nacido en Jamaica, Patrick Aloysius Ewing jugó 17 temporadas en la NBA en tres equipos distintos: New York Knicks, Seattle Supersonics y Orlando Magic. En sus dos primeros años, cuando era un recién llegado, dejó en el banquillo a Shaquille O’Neal, una de las estrellas más grandes de la Liga, tres veces campeón con los Lakers, una vez MVP y uno de los mejores jugadores de la historia. Optó por la ABA, donde sus primeros contratos generaron una guerra entre las dos ligas y tres equipos, ya que los Hawks lo tuvieron en algunos amistosos de pretemporada junto a Pete Maravich, otra pareja increíble que no fue, tras firmarle un millón de dólares con 250.000 de bonus. Por favor, no comencemos con las chaquetas de entrenamiento. Los Squires lo descubrieron con cintas de pésima calidad, imagen en blanco y negro y tan granulada que no se le distinguía apenas, de sus partidos en UMass, cuando promediaba en College más de 26 puntos y 20 rebotes por partido antes de dar el salto al baloncesto profesional por la vía forzada del hardship, el asalto pirata de la vanguardista ABA a las futuras estrellas de la NBA.
No han vuelto a perder un partido desde aquel de Grecia, pero si alguna vez estuvieron realmente cerca fue contra España entonces, y aquellos chavales descubrieron que ni siquiera con su inmenso talento el ganar es algo asegurado. Artis Gilmore le dejó sin ser Rookie del Año pese a sus más de 27 puntos y 15 rebotes por partido. En unas horas (a partir de las 00:00 de la madrugada de este jueves al viernes en España) conoceremos el nombre de los diez titulares del All Star Game que este año se disputará en el Staples de Los Ángeles el 18 de febrero de este año. Así explicaba el propio Yao Ming en un artículo escrito por él mismo en The Players Tribune hace cuatro años uno de los recuerdos de su primer año en Estados Unidos. Base. 22 años y 2,01 metros. Es un pívot de 211 centímetro capaz de jugar, pensar, ver y mover el balón como un base. Y, todo, con una capacidad diabólica e hipnótica para embrujar el balón en el bote y anotar canasta casi imposibles.